Los Taquiones

Si existieran, sería preciso encontrarlos; si no existieran, sería preciso explicar por qué.
E. C. George Sudarsham (físico teórico)
Albert Einstein (1905) nos dejó claro que la velocidad de la luz en el vacío es la máxima velocidad en el universo. Hasta ahora ni la teoría ni la práctica le han llevado la contraria.
De todas formas los físicos teóricos siguen postulando sobre la hipotética existencia de partículas que se puedan desplazar a velocidades superiores (denominadas Taquiones por Feinberg). Esto daría lugar a una paradoja, el que el efecto anteceda a la causa.
Existen numerosos estudios en física al respecto: Alväger (entre 1963 y 1966) en el instituto Nobel. En 1992, en Colonia, Nimtz y sus colegas, posteriormente Chiao, Kwiat y Steinberg, de la universidad de California comprobaron que ciertos tipos radiación superan la velocidad de la luz (las ondas evanescentes).
Pero desde la Relatividad especial una partícula de masa (mo) que se desplaza a una velocidad (v), tiene una energía (E):
Vemos que cuando la velocidad de la partícula (v) se acerca a la velocidad de la luz (c), el denominador se hace cero, y E = . Así según la Relatividad especial se precisa una energía infinita para poner una partícula a la velocidad de la luz. La conclusión es evidente, y es que ninguna partícula puede superar la velocidad de la luz en el vacío. Pero, ¿y si estas partículas han estado siempre viajando a velocidades superiores a las de la luz?
Entonces nos encontramos con otra paradoja. Si v > c, entonces el denominador es un número imaginario (raíz cuadrada de un número negativo), por lo que la energía sería también un número imaginario. Para salvar este escollo se podría considerar la hipótesis de que cuando v > c, la masa de la partícula se hace imaginaria, entonces la energía podría ser un número Real. En este caso los físicos teóricos tendrían que interpretar el hecho de la existencia de masas imaginarias.



Además de estas dificultades, los taquiones incumplen varios principios de la física, como el principio de la causalidad: el efecto debe pertenecer al cono de luz futuro de su causa, aún en un espacio-tiempo curvos.

A pesar de todas las evidencias en contra de la posible existencia de los taquiones, tanto teórica, de laboratorio y filosóficas, el modelo estándar de la física contempla su posible existencia.

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