Neurobiología de las emociones.

Teorías de James-Lange, Cannon-Bard y Papez
(lloramos porque estamos tristes o estamos tristes porque lloramos.
Cómo procesamos las emociones).
De manera independiente James y Lange propusieron la primera teoría fisiológica de la emoción. Según estos autores la corteza recibe e interpreta los estímulos sensoriales que provocan emoción y provocan cambios en los órganos viscerales (corazón, etc.), y en los músculos. Posteriormente las respuestas neurovegetativas y somáticas provocan la experiencia de la emoción en el cerebro. Así la aceleración del ritmo cardiaco y salir corriendo producen la sensación de emoción, y no al revés, como puede ser la forma normal de pensar según el sentido común. Según estos autores la experiencia emocional depende de la retroalimentación de la actividad del sistema nervioso.
Posteriormente (1915) Cannon y Bard propusieron una teoría alternativa. Según ellos los estímulos emocionales tienen dos efectos independientes. Provocan independientemente el sentimiento de emoción en el cerebro, así como la expresión de la emoción en el sistema nervioso. Consideran que la experiencia emocional y la expresión emocional son procesos paralelos que no tienen una relación causal directa.
Las experiencias en laboratorio durante muchas décadas no niegan ninguna de las dos teorías, pero tampoco las confirman del todo. Actualmente se acepta que tanto La percepción del estímulo que provoca la emoción, las respuestas al estímulo y la experiencia emocional influyen entre ellas de manera paralela.
En 1937 Papez propuso que la expresión emocional está controlada por el sistema límbico: amígdala, cuerpos mamilares, hipocampo, trígono cerebral, corteza cingulada, el septum, bulbo olfativo e hipotálamo. Así los estados emocionales se experimentan a través de las estructuras del sistema límbico sobre la corteza.
Según Papez tanto el estímulo emocional como la respuesta corporal generan el sentimiento de la emoción. El estímulo a través de Tálamo, corteza sensorial y corteza cinculada, y la respuesta corporal a través de Hipotálamo, Tálamo anterior y corteza cingulada.
LeDoux (2000), nos indica que el sistema límbico no es un concepto definido, y no mantiene la existencia de un circuito general que explique el procesamiento emocional. Este autor se ha centrado básicamente en el estudio del miedo como emoción más universal.
En todo esto la importancia de la amígdala no reside en procesar las emociones, sino que interviene en la memoria del significado emocional de las experiencias.

Os dejo el enlace de una video titulado:
Lloramos porque estamos tristes o estamos tristes porque lloramos:

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