Diferencia entre ser excepcional y ser un genio: Paul Ehrenfest.

Paul Ehrenfest (1880-1933), fue un físico austriaco que destacó en la mecánica cuántica y la física estadística.

La tarde del 25 de septiembre de 1933, fue a buscar a su hijo menor Vassily, con síndrome de Down, a una institución de Ámsterdam donde estaba internado. Lo llevó a un parque cercano, sacó un revólver y le pegó un tiro. Luego se suicidó. Vassily sobrevivió, aunque perdió un ojo.


Albert Einstein, con quien Ehrenfest mantuvo una estrecha amistad, había alertado un año antes a las autoridades de la Universidad de Leiden de la difícil situación por la que atravesaba su amigo, que padecía depresión. En 1933 todas las personas de su entorno íntimo estaban muy preocupadas por él.

Paul Ehrenfest fue el “Pepito Grillo” de la física teórica europea del primer cuarto de siglo XX. Puso su mirada crítica sobre todos los avances teóricos importantes, encontrando siempre los puntos oscuros, las hipótesis injustificadas o las paradojas más sorprendentes. Como alumno de Boltzmann, se convirtió en uno de los expertos en mecánica estadística. Su cercanía con Lorentz, a quien sucedió en la cátedra de Física Teórica de la Universidad de Leiden, le hizo experto en la teoría del electrón. Ehrenfest fue testigo de todos los grandes descubrimientos de la física de su tiempo. Conoció personalmente a sus descubridores, con los que debatió y a los que, a menudo, corrigió. Pero no le correspondió a él hacer ninguno de esos grandes descubrimientos. Esta circunstancia hizo que dudara de su propia valía como científico y se sintió cada vez más incapaz de mantener el ritmo de los descubrimientos en física cuántica. A raíz de su muerte, Einstein escribió:

Su sentido de insuficiencia, objetivamente injustificada, le afectaba continuamente, a menudo robándose la paz de espíritu necesaria para investigar con tranquilidad. Su tragedia estaba precisamente en una casi mórbida falta de confianza en si mismo”.

La desgracia de Ehrenfest  fue no comoprender la excepcionalidad de los grandes hombres que le rodeaban. ¡Cómo puede un hombre exigirse a sí mismo estar a la altura de Einstein, Lorentz o Poincaré!

No hay comentarios:

Publicar un comentario